Una respuesta tardía a nivel europeo frente a la crisis climática es, más que previsible, que aumente las pérdidas de vidas y el empeoramiento de la calidad de vida de la población. Urge, por tanto, un replanteamiento y la adopción de una acción climática más ambiciosa de la actualmente implementada para revertir dicha tendencia. Las Comunidades Autónomas, competentes en materia de salud pública, encontrarán en este número de RSA, algunas propuestas para ir armando, con enjundia, sus propios planes de adaptación.